La Denominación de Origen
Es difícil determinar el momento concreto en que se comenzó a elaborar y a disfrutar la Manzanilla tal y como hoy la conocemos.
Está claro que es el resultado de una tradición vinícola milenaria, pero no es hasta 1964 que se constituye oficialmente la Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. Con ella se reconoce la genuina identidad de este vino, en el que convergen una serie de factores diferenciales, entre ellos su procedencia y su tradicional sistema de elaboración.
Manzanilla solo hay una, y es de Sanlúcar de Barrameda.
Ya se elabora vino en el Marco de Jerez
El Marco es una de las regiones vinícolas más antiguas del mundo, con de dos milenios de historia. Fueron los fenicios los que trajeron el cultivo de la vid.
Primer escrito que menciona la Manzanilla
Pero no es hasta la segunda mitad del s. XVIII cuando encontramos un documento en el que aparece la palabra Manzanilla referida a un vino. Se trata de un Acta Capitular del Cabildo de Cádiz.
Surge la industria vinatera
Primeros escritos sobre la elaboración de la Manzanilla
Los primeros estudios documentados sobre esta práctica bodeguera los debemos al agrónomo y botánico Esteban Boutelou en su libro Memoria sobre el Cultivo de la Vid en Sanlúcar de Barrameda y Xerez de la Frontera.
Planteamiento de la Manzanilla en el primer Estatuto del Vino
Aparece la posibilidad de declarar Manzanilla – Sanlúcar de Barrameda protegida como denominación en el primer Estatuto del Vino, pendiente de la redacción, aprobación y publicación de su Reglamento.
Manzanilla en la DO Vinos de Jerez
Constitución de la Denominación de Origen
Manzanilla solo hay una
¿Sabías que?
La puerta del Nuevo Mundo
Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sanlúcar se convierte en un puerto de referencia, partiendo de aquí Cristóbal Colón en su tercer viaje y Magallanes en el viaje de la I Vuelta al Mundo, entrando en el estado de mayor apogeo económico de su historia.
La ciudad se erige en punto clave para la exportación, colonización y comercio con el continente americano. El puerto sanluqueño se constituyó como la antesala del sevillano, al que extrajo parte de su valor estratégico y comercial.
El vino de la zona ocupa un papel destacado en esta actividad exportadora, no como mercancía comercial, sino como alimento indispensable para la tripulación de los navíos.