Manzanilla

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El vino que mira al mar

Actualidad Manzanilla

Un vino nacido de la tierra y del mar ...

DESCUBRE EL ORIGEN

Expresiva, vivaz y versátil, la Manzanilla siempre nos trae sensaciones intensas que se vuelven insuperables en combinación gastronómica.

Un vino que se disfruta en compañía y que es el acompañante perfecto para infinidad de platos.

En el aperitivo

En el tapeo

En la mesa

En el mundo

Manzanilla

Vino Manzanilla

Nuestro Vino Manzanilla traspasa fronteras… otorgándole un rol que más allá de ser un vino; lo sitúa como uno de nuestros mejores embajadores de la marca España. Es un retrato líquido de una tierra, una tradición, y una manera de vivir. Cada sorbo nos invita a conocer más de Sanlúcar de Barrameda, de sus gentes, de su historia. Es un vino que no se guarda para las ocasiones especiales, porque cada vez que lo probamos, descubrimos algo nuevo, algo que lo hace especial, algo que nos recuerda que la grandeza, a veces, está en las cosas más sencillas.

Manzanilla Vino

Déjate llevar en un viaje a través de la tierra de Sanlúcar de Barrameda, donde el arte de elaborar un vino excepcional ha sido perfeccionado durante siglos. El protagonista de esta historia es nuestra Manzanilla vino, ese néctar dorado que encierra en cada sorbo la brisa salina del Atlántico y la herencia de la tierra andaluza. No es simplemente un vino, es un reflejo del alma de una región, una joya que brilla con luz propia en las bodegas donde reposa bajo el manto protector del velo de flor. La Manzanilla no tiene prisa. Se mueve al ritmo pausado de las mareas que la rodean, absorbiendo de su entorno las características que la diferencian de cualquier otro vino generoso. A diferencia de su pariente más cercano, el fino, la Manzanilla se cría en un ambiente que sólo Sanlúcar puede ofrecer: humedad, salinidad y un aire fresco que nutre al vino con una elegancia y ligereza inigualables. El proceso de elaboración, transmitido de generación en generación, es una ceremonia casi ritual. Comienza con la viña y su uva Palomino, que tras la vendimia es prensada delicadamente para obtener un mosto puro, tan limpio como las aguas que bañan las costas cercanas. Pero lo verdaderamente mágico ocurre en las bodegas Sanlúcar, donde el vino reposa bajo el sistema de criaderas y soleras, y es aquí donde el milagro del velo de flor transforma lo mundano en extraordinario. Esta capa de levaduras, que flota como una gasa sobre el vino, lo protege y lo dota de una personalidad fresca, sutil y única. Y es que, hablar de Manzanilla es hablar del mar, de esas notas salinas que emergen como un susurro en cada copa. Es un vino que nos trae a la mente los aromas de la flor de manzanilla, de la almendra fresca, de la brisa que acaricia las marismas de Sanlúcar. Es un vino que, con su color pajizo, parece querer engañarnos con su sencillez, pero basta llevarlo a los labios para descubrir una complejidad inesperada, un equilibrio entre su acidez vibrante y su sutil amargor final, que lo hace perfecto para acompañar una amplia gama de platos, desde mariscos frescos hasta tapas tradicionales.

Qué tiene de especial Vino Manzanilla

El vino Manzanilla es un tipo de vino generoso que se elabora exclusivamente en la localidad de Sanlúcar de Barrameda, ubicada en la provincia de Cádiz, dentro de la región vitivinícola de Jerez-Xérès-Sherry. Lo que hace especial a este vino es el microclima único de Sanlúcar, ya que su proximidad al mar influye en las condiciones de envejecimiento bajo el famoso «velo de flor». Este velo es una capa de levaduras que se forma naturalmente sobre el vino durante su crianza en barricas, protegiéndolo del contacto directo con el aire y otorgándole ese carácter fresco y ligero.

La Denominación de Origen

Sanlúcar de Barrameda tiene el honor de ser la única localidad con la Denominación de Origen «Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda», lo que asegura que solo los vinos producidos en esta área específica puedan llevar el nombre de Manzanilla. El clima templado, la cercanía al océano Atlántico, y los vientos húmedos crean un ambiente perfecto para el desarrollo del velo de flor, lo que contribuye directamente al estilo único de este vino. La conexión entre el vino y la tierra es tan estrecha que se dice que beber Manzanilla es como sentir el aire salino de las marismas en cada sorbo.

Cómo se elabora el Vino Manzanilla

El proceso de elaboración del vino Manzanilla sigue métodos tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Todo comienza con la uva Palomino, la única variedad permitida para su producción. Después de la cosecha, las uvas se prensan suavemente para obtener el mosto, que se fermenta en depósitos de acero inoxidable. A continuación, el vino pasa por un proceso de envejecimiento bajo el sistema de criaderas y soleras, una técnica que permite mezclar vinos de diferentes añadas para lograr un sabor uniforme y equilibrado. Lo que verdaderamente distingue a la Manzanilla de otros vinos es su crianza biológica bajo el velo de flor. Esta capa de levadura no solo protege al vino del oxígeno, sino que también aporta matices complejos como notas salinas y almendradas, que son características inconfundibles del vino Manzanilla.

La influencia del “velo de flor”

El «velo de flor» es fundamental en la producción de Manzanilla. Se trata de una capa de levadura que flota sobre la superficie del vino en las barricas, impidiendo que el oxígeno lo oxide. A diferencia de otros vinos que pueden ser sometidos a la crianza oxidativa, la Manzanilla adquiere su frescura y ligereza gracias a esta capa biológica. Además, el clima único de Sanlúcar de Barrameda, con su elevada humedad y temperatura moderada, favorece el desarrollo constante de este velo durante todo el año, lo que da lugar a un vino seco, con una marcada acidez y ligeros toques salinos.

Características principales

La Manzanilla es un vino pálido, de color amarillo pajizo, casi transparente. En nariz, presenta aromas delicados que recuerdan a la flor de camomila (manzanilla), de donde proviene su nombre. También se pueden detectar notas de frutos secos como la almendra y un inconfundible toque salino, reflejo de la influencia marina. En boca, es muy seco, fresco y con un final ligeramente amargo, pero extremadamente agradable. Su equilibrio entre acidez y suavidad lo convierte en una opción perfecta para acompañar una amplia variedad de platos.

Diferencias entre Manzanilla y Fino

Aunque tanto la Manzanilla como el fino comparten muchas similitudes, ya que ambos son vinos generosos elaborados con la uva Palomino y envejecidos bajo velo de flor, existen diferencias clave entre ellos. La más importante radica en el lugar de producción. Mientras que la Manzanilla solo se puede elaborar en Sanlúcar de Barrameda, el fino se produce en Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María. Esto da lugar a diferencias en el sabor: la Manzanilla tiende a ser más ligera y fresca debido a la influencia marina, mientras que el fino es más seco y con mayor intensidad en boca.

Tipos de Manzanilla

Existen dos tipos principales de vino Manzanilla:
  • Manzanilla Fina: Es el tipo más común, caracterizado por su frescura, ligereza y aromas delicados. Es el vino ideal para consumirlo como aperitivo o acompañante de mariscos y pescados.
  • Manzanilla Pasada: Este tipo de Manzanilla ha pasado más tiempo bajo el velo de flor, lo que le otorga un mayor cuerpo y complejidad. Presenta notas más intensas de frutos secos y es perfecta para acompañar platos más contundentes como quesos curados o carnes ibéricas.

La manzanilla, si es manzanilla… es de Sanlúcar de Barrameda

Sanlúcar de Barrameda es el único lugar donde se puede producir el vino Manzanilla, gracias a su denominación de origen protegida. Sin embargo, dentro de esta pequeña ciudad, existen diferentes microclimas que afectan de manera sutil el carácter del vino. Las bodegas más cercanas a la costa tienden a producir una Manzanilla con mayor influencia salina, mientras que las situadas más al interior generan vinos con un perfil más afrutado y redondeado.