Manzanilla / La cata

La Manzanilla es Intensa, fresca, persistente y con una rica complejidad de matices que delata su exclusivo origen y su singular sistema de elaboración.

Y, por supuesto, cualquier momento es bueno para saborearla. Sola o acompañada, en el aperitivo o en la mesa, en el tapeo o junto a la alta cocina… las posibilidades son infinitas y el disfrute también.

¿La Catamos?

Tómate un tiempo. La cata es un análisis sensorial que te hará descubrir mucho más sobre tu Manzanilla favorita. Busca un lugar tranquilo, una copa de cristal fino, sírvela a una temperatura en torno a los 8º y disfruta de cada fase de la experiencia.

Vista

El color es brillante y luminoso, con destellos que van desde el pajizo hasta el dorado: en el caso de la Manzanilla tenemos un tono amarillo pálido, mientras que en el caso de las variedades Pasada y En Rama vemos un color más intenso y dorado. En ambos casos puede presentar reflejos verdosos.

Nariz

La hueles, descubrirás aromas limpios y fresco, de media intensidad. Posee notas de hierba fresca, florales que recuerdan a la camomila, balsámicos, fruta escarchada, y notas salinas y anisadas que te recordarán a almendras y a panadería.

Boca

Tiene una entrada ligera, suave y fresca, con un sabor seco y delicado. Está dotada de cierta estructura que recuerda a frutos secos y notas de mar, dejando una agradable sensación de frescor y un sabor persistente, sutilmente amargo.

¿Sabías que?

La Reina del Mar

El carácter fresco, ligero y salino de la Manzanilla la convierten en uno de los vinos más gastronómicos que existen y en la compañera perfecta de numerosos platos, desde los más tradicionales hasta los más vanguardistas. 

Es por ello que es un vino cosmopolitas, que combina de forma extraordinaria con elaboraciones de las más diversas culturas gastronómicas. 

Aunque esta versatilidad es una de sus principales virtudes, su reconocimiento como la reina del mar nos de una idea del papel insuperable que juega junto a mariscos y pescados.

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