Manzanilla / Tipos
La crianza de la Manzanilla es todo un reto para enólogos y bodegueros, pues cada bota constituye un pequeño ecosistema en el que flor y vino interactúan en silencio para perfilar la personalidad del futuro vino.
En ese camino a lo largo del sistema de soleras, cada bodega va guiando esta relación natural para definir el carácter particular y diferenciador de sus vinos. Por eso, existen tantos tipos de manzanilla como marcas hay, todas ellas diferentes y genuinas. Todo un mundo de sensaciones por descubrir y saborear que, en función del grado de vejez podemos clasificar en dos categorías:
Manzanilla
Notas de cata
Manzanilla pasada
Esta variedad está sometida a un período de crianza excepcionalmente prolongado, en el que la flor llega a debilitarse ligeramente, provocando un pequeño nivel de oxidación y una mayor complejidad.
Notas de cata
Son vinos con más estructura, pero con todo el carácter punzante e intenso que aporta la crianza biológica. El color de este producto es más dorado, debido al nivel de oxidación que lo tiñe.
El gusto por versiones más cercanas a la experiencia de saborear la Manzanilla directamente extraída de la bota ha dado lugar a nueva categoría:
Manzanilla en rama
Esta nueva incorporación se corresponde con una Manzanilla extraída directamente de la bota y embotellada casi sin filtrar (solo muy levemente para eliminar las partículas más grandes de levadura y madera).
Notas de cata
Se trata de una Manzanilla con mayor intensidad, color y sabor, consiguiendo más dinamismo y viveza. Al ser una versión más fresca e inmediata, es un vino que aguanta menos por lo que debe consumirse en un periodo más inmediato.
¿Sabías que?
La Manzanilla y el tapeo
La gastronomía en pequeños bocados constituye una de las más reconocidas señas de identidad de la cultura Andaluza, que hoy día conquista paladares en los lugares más remotos.
Y la Manzanilla, en cualquiera de sus tipologías, tradicionalmente ha sido y es el vino ideal para el tapeo.
Y no se trata de una costumbre sin más. Esto tiene su explicación gastronómica: La Manzanilla potencia los sabores y nos limpia el paladar entre bocado y bocado, lo que permite cambiar de un plato a otro y seguir disfrutándolos en toda su intensidad.